Jimena González

Conozco muy pocas personas que no usan redes sociales; creo que las cuento con los dedos de una mano. Hoy en día, casi todos acudimos a alguna red social de manera automática y, sin darnos cuenta, estamos ahí scrolleando sin objetivo.

Lo que elegís ver es una forma de nutrirte o desnutrirte, y el contenido en redes sociales no es una excepción. El impacto es directamente proporcional al tiempo que pasás conectado.

Hoy quiero hablarte de dos mecanismos del uso de redes sociales que impactan en tu bienestar mental y emocional.

1. El algoritmo de redes sociales y cómo afecta tu mente

Está claro: las redes sociales quieren que pases cada vez más tiempo en ellas. Si interactuás con un tipo de contenido, del tema que sea, el algoritmo va a mostrarte más y más de lo mismo.

Ahora, ¿qué pasa si ese contenido está relacionado con un problema? Por ejemplo: problemas para concebir, el impacto negativo de los alimentos, enfermedades, conspiraciones, etc.

Hiciste clic en uno, después en otro, y de repente el tema aparece todo el tiempo en tu pantalla. Tu cabeza empieza a volverse monótona con ese tema, hasta que incluso podés llegar a obsesionarte. Y eso nunca es bueno.

No pienses que exagero: lo veo en consulta más veces de las que quisiera. Personas paralizadas porque no saben qué comer, cuándo hacerlo o incluso cómo ejercitarse según el día del ciclo. Se bloquean, y quedarse frenado es lo peor que nos puede pasar.

2. Las comparaciones en redes sociales y la insatisfacción

Cuando alguien sube contenido (ni hablar de una celebrity), generalmente publica su mejor foto, con ropa que le queda bien, haciendo algo que no hace todos los días: viajar, salir a comer, vivir una experiencia especial, etc.

Cuando vemos ese tipo de contenido, automáticamente empezamos a compararnos. Nos preguntamos cómo hace esa persona y por qué nosotros no logramos lo mismo.

El resultado: insatisfacción garantizada. ¿La razón? Estamos comparando un pedacito editado de la vida de alguien con nuestra vida real, que transcurre las 24 horas.

Este descontento generalizado también lo veo en consulta. Surge de estar comparándonos con personas que no tienen nada que ver con nuestra realidad.

Ahora que ya sabés cómo influyen estos dos factores en tu bienestar, quiero darte algunos tips para que el uso de redes sociales impacte de manera positiva y no negativa:

• Pasá más tiempo en el mundo real que en el celular: Siempre pienso que las redes sociales son como una maqueta que me muestra lo que la gente (o el algoritmo) quiere que vea. Prefiero ver el mundo cómo es y te recomiendo que lo pruebes, las experiencias son mucho más enriquecedoras.
• Curá tu contenido: Tenés todos los temas del mundo a mano. Elegí aquellos que te hagan bien, te enseñen algo, promuevan la positividad en tu dia a dia y te inspiren.
• Dejá de seguir cuentas que te hacen mal: ¿te pasa que ves a una determinada persona en redes y tu energía baja? De repente tu humor cambia, te comparas, estas deseando tener o hacer determinadas cosas y no desde el lado motivacional, sino desde la carencia. Deja de seguir a esa persona, tu energía es lo más preciado no podes permitir que alguien la altere.
• Entrená el algoritmo a tu favor: Ya hablamos que el algoritmo te va dar más y más de lo que vos interactúas. Comenzá a interactuar con el contenido que te hace bien. Si te muestra algo que no te gusta o ya no querés ver más, pedile que no te lo muestre más.
• Limitá el tiempo que pasás en redes: el tiempo pasa volando cuando nos metemos ahí. No sos vos, está diseñado para que así sea. Limita el tiempo que pasas en redes, hay muchas apps que te pueden ayudar con esto hasta que lo puedas hacer sola/o.

No me voy a cansar de repetirlo: tu bienestar depende de vos, y lo que consumís lo impacta para bien o para mal.

Tenés que tomar las decisiones correctas para mejorarlo y, si ves que no podés hacerlo sola/o, buscá ayuda. Como health coach puedo ayudarte a enfocarte en tu bienestar y dar los pasos correctos para vivir como realmente querés.

Hasta la próxima 🙂

Jimena González
Health Coach