Recién termino una sesión inicial con una nueva clienta y sentí la necesidad de sentarme a escribir sobre un tema muy importante, que veo que se repite en muchas de las personas que comienzan a trabajar conmigo.
Personas desconectadas de sí mismas y de su poder personal, dándole todo el poder a otro que es “experto” y “sabe más que nosotros».
Nos vamos acostumbrando desde chicos a tener un referente que sabe más que nosotros, y la mayoría de las veces esto nos acompaña en la adultez y en todos los aspectos de nuestra vida.
Te voy a contar dos situaciones en las que yo relegué mi poder personal en un experto.
Acudí a un neurólogo por fuertes dolores de cabeza. Sentía como un fogonazo que iba de la nuca a mi ojo derecho, era realmente espantoso. Me hicieron muchos estudios y no se encontró cuál era el problema, con lo cual lo que hicieron fue darme una medicación para los dolores. Una medicación muy fuerte que me hacía sentir muy mal y el consejo del médico fue, además de la medicación, que si yo sentía que el dolor iba aparecer, me tomara un analgesico más por las dudas.
Jamás me cuestioné tomar esta medicación, hacer una interconsulta o revisar otros aspectos de mi vida. Simplemente la tomaba, pese a que me hacía sentir mal.
Otra historia tiene que ver con un dolor de cervicales. Estaba muy dolorida, me mareaba, y decidí acudir a un especialista en columna. El experto, sin hacer ninguna evaluación física, me indicó hacerme radiografías. En ese momento, mientras escuchaba las indicaciones del médico, supe que no iba a ser lo que me estaba diciendo. No me había gustado que no me revisara, ni me preguntara nada, y ya me indicara cosas que podían afectar a mi cuerpo.
Como podés ver, en ambos casos tenía una dolencia y recurrí a un profesional. La diferencia entre ambas experiencias es que en una cuestioné si lo que la persona me decía resonaba conmigo y en la otra no.
Con estas historias, no te quiero decir que no confíes en los médicos, nada más lejos. Lo que te propongo es que empieces a cuestionarte lo que te dicen, si crees que es lo correcto para vos, preguntarles por qué te indican las cosas, y que también les digas lo que vos pensás al respecto, buscando en conjunto la mejor solución para vos.
Esto no solo aplica a los médicos, sino también a las relaciones, a nuestro trabajo y a todos los aspectos en los que nosotros acudimos a otra persona para preguntarle qué es lo mejor para nosotros. Necesito que te grabes esto: nadie sabe más de vos que vos.
Vos sos la/el experta/o en vos. Así como un profesional estudia para convertirse en experto vos tenés que hacer lo mismo. Indagar, cuestionar, investigar para sacar a relucir tu mejor versión y proclamarte experta/o en vos misma/o.
Este es uno de los grandes pilares de mi práctica de coaching de salud. No solo reconozco a vos como experta/o, sino que te ayudo a que puedas indagar de manera consciente y en espacio seguro.
Cuando estés lista/o para proclamarte experta/o, reservá tu sesión inicial gratuita.
Hasta la próxima 🙂
Jimena González
Health coach


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